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sábado, 22 de diciembre de 2018

CDI cardiodesfibrilador Implantable

¿Qué es y para qué sirve un cardio desfibrilador automático implantable (CDI)?

Es un dispositivo que controla permanentemente si se producen alteraciones del ritmo cardiaco, especialmente taquicardias malignas, en cuyo caso las trata de forma automática, bien mediante estímulos o choques eléctricos. El CDI se conecta al corazón mediante un cable.

¿Cómo se implanta un Desfibrilador?

El CDI se implanta habitualmente en el pecho como un marcapasos, debajo de la piel, y el cable se introduce por una vena que pasa por esa zona. La operación se hace con anestesia local, se suelen administrar antibióticos para prevenir las infecciones y puede ser necesario inyectar contraste radiológico para ver el trayecto que siguen las venas y su tamaño. Una vez implantado se duerme brevemente al paciente mediante anestesia general y se le provoca una taquicardia maligna para comprobar que el dispositivo la detecta y la trata de forma automática, y garantizar así su posterior funcionamiento.
Durante al menos las primeras 24 horas se debe guardar reposo en cama para evitar que se produzca un hematoma y que el electrodo se desplace. Después de este tiempo el paciente se podrá levantar aunque será conveniente que en los próximos días evite hacer movimientos con el brazo del lado en que lleva el CDI. Aproximadamente a la semana se retiran los puntos de sutura y el paciente ya puede hacer una vida prácticamente normal. En caso de que tenga una arritmia maligna podrá notar de forma inesperada un golpe o descarga eléctrica en el pecho producido por el desfibrilador para revertir dicha arritmia y volver al ritmo normal
El CDI se alimenta por una batería interna. La duración de esta batería variará dependiendo entre otras cosas del tipo de CDI y de las veces que tenga que descargar y estimular el corazón; la media se sitúa en torno a 4 años. Cuando se agota el generador hay que cambiarlo por otro similar mediante una nueva intervención, generalmente en el mismo lugar que la primera. Si el cable está en buen estado no hace falta sustituirlo, lo que facilita y acorta considerablemente el procedimiento.


¿Qué molestias y riesgos tiene la implantación de un Desfibrilador? 

A pesar de que el implante se realiza con anestesia local, en algunos momentos se puede sentir transitoriamente algo de dolor. Posteriormente, en las horas y días que siguen al implante, se puede sentir una molestia en la zona en que está el desfibrilador que habitualmente termina por desaparecer con el tiempo.
La incisión en la piel que se hace para la introducción del Desfibrilador suele medir entre 8 y 10 centímetros, aunque en algunos casos puede ser necesaria ampliarla por dificultades técnicas. Normalmente ésta cicatriza bien, aunque en algunos casos se pueden formar cicatrices gruesas poco estéticas (queloides).
Generalmente no se producen complicaciones pero a veces (15%) puede ocurrir alguna de las siguientes: hemorragias, neumotórax, derrame pericárdico, arritmias, reacciones alérgicas a anestésicos locales o antibióticos, hematomas, desplazamiento del cable desde su posición inicial, infecciones generales o de la herida quirúrgica, erosión de la piel que cubre el desfibrilador, etc. Algunas de éstas pueden requerir una reintervención quirúrgica o poner en riesgo la vida del paciente. Se estima que el riesgo de muerte de un implante de un CDI de forma programada es del 1% o menos. En los implantes urgentes, todos los riesgos mencionados son superiores.

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